Vamos de camino a Los
Alcázares un sábado cualquiera de este verano cuando me comenta por primera vez
que está diseñando una ruta que transcurre por casi todo el perímetro de la
Región de Murcia, me pone al corriente de algunos detalles e intercambiamos comentarios
al respecto. El proyecto aún no está maduro y ahora, con la perspectiva del tiempo transcurrido, se me antoja que he
mostrado poco interés, quizá porque mientras lo cuenta no he llegado a creer
que lo llevara adelante.
No he vuelto a saber
del proyecto hasta hace muy poco, y la gigantesca tarea ha ido concretándose en
su mente y ha modificado el recorrido
para hacerlo realizable teniendo en cuenta la época del año y las horas de luz
disponibles. Sigue siendo un reto colosal y ahora hay que encontrar compañeros
para este viaje, y el primero que se apunta es Juan Pedro Moreno, que acepta cualquier desafío por descabellado
que parezca, y Joaquín López no puede dejar pasar la oportunidad de figurar
entre los que participaron en la primera edición, y Juan A. Pardo no sabe decir
que no, por supuesto que los va a acompañar.
Con la ilusión de la
primera vez se han repartido las tareas; los sándwich, el pan de higo, los
dátiles, el agua…, y el quinto elemento, nuestro compañero Joaquín Martínez que
se ha unido al grupo para formar un quinteto.
Cuando aún de noche nos
vemos en la puerta de la Catedral para comenzar este reto, se adivina en los
gestos la ilusión ante el desafío, la incertidumbre del resultado, las dudas
que un recorrido tan largo siembra sobre las propias fuerzas..., inquietudes
que sólo el camino puede despejar.
Y el camino ha sido
propicio, el día excelente para el propósito y las incidencias ninguna. He
tenido sana envidia por no haber podido hacer el camino con ellos y me he
conformado con seguirlos en el coche que Pedro Fructuoso, el verdadero artífice
de este proyecto ha puesto a disposición de los participantes para cubrir las
contingencias que pudieran presentarse y que finalmente no han acudido.
Hemos disfrutado de un
día verdaderamente excepcional, ha tenido el encanto de la primera vez, la
camaradería ha reinado durante todo el trayecto, el cansancio ha hecho acto de
presencia pero no ha modificado la actitud positiva de ninguno de los
integrantes de esta gesta…, ha sido un día irrepetible.
Hemos vuelto al lugar
donde comenzamos casi 10 horas después con la satisfacción reflejada en los
semblantes, no importa el cansancio, la euforia nos domina, no hay prisa por
llegar a casa, hay que celebrar la gesta.
Este ha sido el I GRAN
FONDO del C.C. La Purísima y no quiero volver a escribir más crónicas ni
felicitaciones a los compañeros que la realizan, así que para la II GRAN FONDO
dejo para cualquiera que lea esta perorata, que pretendía ser una felicitación
a los únicos compañeros que se han atrevido con el reto, la tarea de narrarla
porque yo ME APUNTO A LA PROXIMA.
Vicente Alpañez Ramos.
Vicepresidente del C.C. La Purísima.
Gran relato y por supuesto que la próxima vez le tocará a otro redactar este acontecimiento.
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