Nuestro compañero
Miguel Angel ha representado al C.C. LA PURISIMA el pasado domingo 25 de
Octubre y nos ha enviado la siguiente
CRONICA
DE LA “X MEMORIAL LEON SANCHEZ GIL”
El día ha amanecido
nuboso, gris y con llovizna que ha hecho que el desplazamiento hasta Mula haya
durado más de lo previsto y haya tenido que ocupar un puesto bastante retrasado
en la salida y por más que estiro el cuello no consigo localizar ninguna
equipación roji-negra típica del C.C. La Purisima. Finalmente, y por diversos
motivos, he sido el único representante del club en esta marcha.
Tras la salida voy
ganando puestos con precaución, la carretera está empapada y evito ir muy “a
rueda” por seguridad y para no ponerme perdido. Pasado El Niño de Mula el grupo
se resquebraja: ¿Qué pasa aquí?. Pues que comienza el “tramo libre” que al
final sería durante los casi 100 Km. restantes, hasta la meta, así que toca
emplearme a fondo por la carretera rompepiernas y zigzagueante que lleva hasta
las cercanías de Bullas. Tras un par de kilómetros a rueda de Luisle (sin
arrimarme mucho por temor a causar un percance de repercusión mediática), los
cuatro integrantes del grupo en que me encuentro iniciamos la persecución de un
numeroso grupo que llevamos en el horizonte más próximo. Durante algunos
minutos de los empleados en los más de 10 km. de persecución hasta que logramos
alcanzar al grupo ha llovido intensamente, y en cuanto han notado nuestra
presencia aceleran el ritmo “como si detrás de cada curva estuviera el alto de
la montaña”, dice uno, cuando lo cierto es que la cadena de repechos era
interminable.
La parada en el
avituallamiento que hay tras coronar el alto es obligada, y la recuperación de
fuerzas muy escasa, como me informan enseguida las continuas subidas que hay a
continuación. Este tramo desde el avituallamiento hasta la meta lo he hecho en
compañía de Fernando, del CC Mar Menor y nos hemos integrado en un grupo que,
tras pasar por Aviles (de las tierras altas de Lorca), acelera la velocidad de
crucero. La compañía de un muleño incondicional de Luisle por su equipación del
Astana nos ha servido para conocer todas las curvas, baches y paisajes del
recorrido.
Pasado el rio Mula nos
alcanza un grupo de 15-20 integrantes que nos han llevado casi hasta la meta.
El último repecho lo hago con calambres y finalmente entro en meta junto a
Fernando unidos por un cordial abrazo del que me aprovecho para que sea él
quien dé las últimas pedaladas.
En definitiva, una
prueba libre al estilo Moratalla, con menos desnivel, menos kilómetros y sin grandes
puertos, pero bastante exigente y para la que también hay que ir física y
mentalmente preparado.
No hay comentarios :
Publicar un comentario